miércoles, 23 de marzo de 2011

El dolor no desaparece de esa forma

Antes de nada: esta entrada está dedicada a alguien muy especial. Sabrás que me refiero a ti en cuanto la leas.


"Algo muy importante he de decirte", me dijiste.
"¿Qué cosa importante has de decirme?", le pregunté.
"Voy a enseñártelo", respondiste.
Te bajaste la manga y percibí bajo esa muñequera perfectos cortes poligonados aún sin cicatrizar.
"Pero... ¿Cómo...? ¿Por qué...?"
"Estaba sol? en casa y me aburría" (palabras que no borraron el desconcierto de mi rostro).
"¿Esto lo haces por ella?", le pregunté.
"Silencio".
"Para rajarse no hay que ser ni emo ni nada por el estilo, hay que ser gilipollas", y frialdad absoluta en mis palabras sentí.
"Pues ya está".


Ahora... hoy... cuando he leído esas palabras que escribiste... ¿es que al ver la sangre salir viste tu dolor escapándose?


Como amigo, no apruebo que te hagas eso. Y no me lo perdonaría sí, un día, te rajases mal y acabases desangrad? y yo fuese uno de los únicos que supiese que hacías aquello.


Eres libre de hacer lo que quieras. Pero solo publico esto para decirte que tengas cuidado.


Shawn Kitten

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