viernes, 13 de mayo de 2011

¡¡DETALLES AL DESCUBIERTO!! - II CONCURSO DE HISTORIAS DE SCREAM

LOS DETALLES, REVELADOS:


¡¡Ya está aquí el II Concurso de Historias de Scream!! Tras 5 días de incertidumbre, revelamos los secretos escondidos con ahínco durante esta semana... ¡Solo aquí, en Scream!


Fecha límite de envío: 10 Junio



sábado, 7 de mayo de 2011

II CONCURSO DE HISTORIAS DE SCREAM


El II Concurso de Historias de Scream da comienzo.

¡NO DEJES DE VISITAR SCREAM, PRONTO HABRÁ MÁS INFORMACIÓN!

El 13/05/20111 daremos más información sobre el concurso... ¡Paciencia!

Claix y Sj Kitten

El personaje del mes: Kon


Nombre: Kon

Aparece en: Bleach
Primera aparición: 1x06 de Bleach
Fecha de nacimiento: Desconocida
Nacionalidad: Japonesa




Kon es, para muchos, el mejor personaje de Bleach. Kon es un alma modificada, es decir, una "copia" de la alma del shinigami que la usa, que tiene habilidades como dar saltos a gran distancia o correr a altas velocidades.


Kon es la primera alma modificada que aparece en Bleach. Ichigo, el protagonista del manga y del anime, decide meter el alma dentro de un peluche que encuentra por la calle, porque... (spoiler, si quieres saberlo, mira el anime o el manga :P).

Kon es lo que se puede decir de un salido. Siempre está lanzándose a su Onee-san Rukia, y hace lo imposible para ganarse a Orihime sin que ésta se de cuenta de que es un peluche que está vivo.

Siempre está cabreado, excepto cuando hay mujeres de por medio.

Kon en la gloria:


El humor de Kon a todas horas:
Kon con su mejor vestido


Ichigo dándose un descanso:


Es lo único que puede hacer para
mantener callado a Kon
Si quieres saber más sobre Kon, lee el manga de Bleach (Glénat) o ve el anime (Cuatro, Buzz).


Sj Kitten.

miércoles, 4 de mayo de 2011

"Sueños rotos", por Mctwisps

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Sueños rotos


La obra de su vida, aquella por la que había luchado durante meses contra cientos de aspirantes, aquella con la que había soñado desde su juventud, aquella que le había robado la alegría, aquella que había borrado su ilusión, aquella que estaba acabando con su vida...
Su condena comenzó el primer día de ensayos cuando conoció al que sería su amor y su verdugo, Ryan, un chico rubio, alto, de ojos azules, simpático, cariñoso, el chico perfecto para ella, pero tenía que soportar como él besaba a su novia delante suya, cómo la abrazaba, cómo la acariciaba, cómo la quería, pensó que podría soportarlo, se engañó a sí misma, diciéndose que no le afectaría, pero solo era eso, un engaño.
Tras dos meses de ensayos no podía con su vida, sus ojos que antes transmitían alegría ahora solo expresaban tristeza y vacío, un vacío que sentía en cada parte de su cuerpo, ya en lugar de corazón tenía un trozo de escombro, gris y duro. No podía soportarlo más se estaba volviendo loca. Cada vez que tenía que besarle para algún acto, cerraba los ojos e intentaba pensar en algo que no fuera ese beso falso, ni esa falsa ternura, pero era incapaz.
El pánico se había adueñado de ella no sabía qué hacer para acabar con aquella tortura. Pensó que tal vez un salto sería la solución, un salto con la suficiente altitud para acabar con su pena, con su amor, con su vida. Pero sabía que no sería lo bastante valiente. Tampoco podía dejar la obra, pues defraudaría a demasiada gente. Se le ocurrió que, tal vez, si no había lugar para hacer la obra todo acabaría, se suspenderían los ensayos y su condena terminaría.
Aquella tarde cogió uno de los bidones de gasolina que guardaba en el garaje y un mechero, después salió de su casa lo bastante pronto para que no hubiera nadie en el teatro, y así fue, roció el telón de gasolina y solo tuvo que acercar un poco el mechero para prenderle fuego. Salió pensando que su condena había terminado. Pero cuando llegó a la entrada vio el coche de Ryan aparcado, miró en todas las direcciones, pero no lo encontró. ¿Y si había entrado?, él no podía morir por su culpa, jamás se lo perdonaría. Así que se adentró en el edificio en llamas, buscó por todas partes, pero no lo encontró, eso quería decir que él no estaba dentro. Miró hacia la salida y el brillo de las llamas se reflejó en sus ojos, ya ea demasiado tarde para salir, solo le quedaba esperar la muerte. El calor era insoportable, el aire no llegaba a sus pulmones, se fundió dentro de su cárcel, la cárcel con la que había soñado años antes, la cárcel en la que su vida se consumió por amor.


¿Es tu favorita? ¡Vota aquí por ella!

"Él y Ella", por Kalashnikov

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Él y Ella

Él siempre había dicho que eso no iba consigo. Siempre había visto el amor como algo lejano y superfluo. Pero todo llega y una persona no puede elegir cuándo y de quién enamorarse. Un flechazo supuso para él una condena.

Todo empezó como algo sin importancia. Él no era consciente de que aquella tontería supondría un cambio drástico y sin remedio. Ella avivaba las llamas de su hoguera de sentimientos, pero él, como todo, ocultaba lo que sentía. Aunque no duraría mucho tiempo su amor oculto, y ante las posibilidades de poder ser correspondido más fuerte se hizo lo que sentía. El conocimiento por parte de ella de su amor en un principio sería algo beneficioso, pero lo que no sabía él es que todo aquello desembocaría en una cruel sentencia. Sólo confiaba en ella. Ella le hizo ver que no existía nadie más en el mundo. Le ofreció todas las esperanzas e ilusiones. Él, considerando a las demás personas menos importantes y prescindibles, fue apartando a amigos y familiares, pues sólo le daba prioridad a ella. Todo fue bien. Los lazos se estrechaban cada vez más y finalmente se hizo oficial su amor mutuo, lo que fue un salto al vacío, un castigo que él sufriría.

Un beso rechazado, un “te quiero” no pronunciado, un abrazo evadido, una mirada amenazadora, pero a la vez llena de ternura… ¿de verdad ella lo quería? Pero él estaba conforme con estar con ella y ser correspondido, aunque fuese de esa forma tan apática.

Ella siempre ausente, nunca era posible verla fuera de los horarios a los que estaban sujetos por obligación. Quererla y depender de ella era algo doloroso para él. Todas sus tardes se llenaban de melancolía ante el anhelo de volver a verla, perderse en sus ojos y olvidar su triste realidad por un instante, con sus caricias. Envuelto en su dulce y delicada voz parecía que nada malo podía pasar nunca..

Le advirtieron, pero él confiaba mucho en ella. Confiaba demasiado en ella y los que la rodeaban. Ella se enfadó sin motivos, y con el silencio como única respuesta, aquello le  trajo días de amargura. Más tarde fue abandonado a través de una nota. A medida que iba leyendo, una sensación de pánico le invadía, y los latidos de su corazón dejaban de tener sentido. Unas simples palabras escritas estaban provocando en él el más fuerte dolor que había sentido nunca. Una intensa presión en el pecho acompañada de un nudo en la garganta y de lágrimas que no dejó salir, manifestaron su aflicción. Su sonrisa borrada para siempre, sus ilusiones reducidas a escombros… sólo pensaba dejarlo todo de lado.
Intentó ser fuerte, pero aunque pensaba que no tenía importancia, que ella no merecía la pena, sus sentimientos le contradecían. Todo había sido mentira. Una mentira preciosa pero dolorosa, un error irremediable. No encontraba motivos a aquella ruptura. Las lágrimas brotaban en soledad por aquel primer, único y último amor. Al dormir se cerraba el telón de su horrible realidad y no deseaba más que no volver a despertar y permanecer eternamente en aquel sueño dónde todo era perfecto y él la volvía a abrazar. Pero ya no había vuelta atrás. Ella paseaba con otros mientras él todo lo había perdido.

Al filo de una gran altitud, en el borde de aquel puente, él ya había perdido los motivos para vivir. Creía no ser útil sin ella y buscó la huída fácil. Su frágil mente decidió un paso al frente, diciendo a todos sus problemas adiós. Tan sólo sufrió una de las vertientes del amor: la muerte.

¿Es tu favorita? ¡Vota aquí por ella!

"Promesa", por Jace Beleren Vess

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Aquel terrible vacío arrancaba a la ausencia. Una ansiedad que sangraba sus carnes e 
inundaba sus pupilas de los recuerdos amargos que la sobrevinieron. Su piel palidecía 
como sus propios huesos y de su garganta brotaban súplicas. 
Toda su vida se desvaneció. 
Lo que quedaba de su tiempo no eran ya sino imágenes borrosas que la evocaban a los 
días en los que todo era bueno. Un tiempo de prosperidad quizá. Un infinito que se 
acabó para los dos. 
Y desde allí, en su habitación, en su cama, en su alma, la niñita que fue con él lloraba 
desconsoladamente por la presencia del dolor, que como llamas la atizaban en un sinfín 
de promesas rotas. E igual de fracturado, era el cuadro que miraban sus ojos lejanos. 
En él se vio a sí misma. Cuando su sonrisa era esperanzadora, cuando su pelo era lo 
único rojo. Ahora lo es también la sangre que llena sus brazos. 
Y junto a su figura, él.  
No pudo mirar su rostro. Era tal el desgarro en su ser, semejante el malestar, que 
deseaba morir. Caer en ese pozo de desesperación que llaman Muerte, sorpresa de 
incautos y costumbre de viejos. Era el fin. Una vida de dedicación. Unos años de 
renuncia a todo lo que más ella quería. Unas semanas de sonrisas forzadas cuando 
realmente, estaba mal. Todo para acabar en un solo día con un adiós tan efímero. 

Aquella discusión fue el foco de todo. La consumación de la ternura. El último beso, no 
obstante, el más amargo. 
Y ahora le tocaba sufrir por sus actos. Por no seguir perdonando la indulgencia y la 
vanidad. Porque todos tienen un límite. Y él, no aprendía.  
Eran muchas las veces que sentía el agrio sabor de la decepción. Y aunque ambos 
intentaron crecer juntos, precisamente si había un final feliz, no sería el suyo. 
Pero no había vuelta atrás. Su afectado corazoncito se encogía de frío cada vez que lo 
recordaba todo.  
Nadie sabe cuánto tiempo pasó la incongruente chica en casa. Pero semejante fin se 
merecía mucho más padecimiento del que podía canalizar. Porque los días eran suspiros 
y los segundos, desconsoladas melodías de una arcaica gramola. 
Por eso no había más compensación para ella. Solo le esperaba morir. Por esas razones, 
otras que no conocía. O porque sencillamente no le quedaban motivos. Por ende, 
Decidió suicidarse. 

En el mundo de fuera todo era tal y como ella. Una confluencia de todos los elementos 
atmosféricos posibles de la naturaleza. Lluvia. Frío, de nuevo. Nada en ella era más que 
pedazos. Pues la discordia de los dos corazones ya acabó.  
Nunca lo hubiera deseado a nadie. No podía pensar en ello. Pero en aquella lúgubre 
noche camino a no ver el sol de nuevo, era lo único que parecía calmarla. El funesto 
temor a no existir, a dejar de existir en aquél mundo de apariencias e ilusiones.  
Sería algo rápido. Como su duración. Como la vida misma. 

Y allí se vio. Dispuesta y con el único consuelo de su soledad, que si bien no sea la 
palabra idónea, la animaba a su encuentro. Llegó a lo más alto de la ciudad, junto a la 
presa. Allí en lo alto de la tapia pudo admirar decepcionada el resto de las luces de las 
superficiales personas, dañinas e irreflexivas, en el espacio de sus hogares. Cerró los 
ojos fuertemente. En esta última función, ella fue el muñeco del extravagante titiritero 
que era él. Empero decir que esta vez, el remendado telón caería una vez más y para 
siempre. La altitud para la tragedia, grande. Dudas la asaltaron de nuevo, dejándolas 
llevar por la impura brisa helada. Un solo salto. Un solo salto…Que No llegó a dar. 

Como una cadena a un reo se unían sus manos.  
Era él. 
No obstante, sus ojos guardaban pena. Un hilo frío de vida y añoranza. D 
esde el más lejano extremo de sus venas, de su sangre, de su vida, ella también sintió 
nostalgia. Por él. Por todo lo bueno e importante para ellos. Porque el resto no importa. 
Ambos rotos en lágrimas y agarrotados, se abrazaron.  
Probablemente el abrazo más cálido que nunca recibió. De nadie más que de él. 
Porque al fin y al cabo, ni la más dura pena los separaría. Fueron minutos de razón, de 
disculpa. De arrepentimiento y de aprender a crecer. Unieron fijamente sus miradas. Sí; 
Estaba segura de que él era sincero. Que aquél amor de jóvenes no era un juego de 
niños. 
Era real. 

Repetidamente, un primer último beso. Si bien sus cuerpos cayeron del filo de la tapia, 
no sintieron pánico. Sus corazones no se convertirían en escombros. Por muchas 
disputas.  
Por nada.  



Allá abajo encontraron las sirenas los dos cuerpos sin vida. Enlazados por una mano, 
Y una abatida y débil sonrisa en cada uno de sus labios. 


¿Es tu favorita? ¡Vota aquí por ella!

domingo, 1 de mayo de 2011

Rockferry



I'd move to Rockferry, to my road, 
and I'd build my house baby, with sorrow, 
I'll leave my shadow, to fall behind, 
And I woulden't Write to you, Coz I'm not that kind. 

The midnight trains are boarding, all at the ends, 
I put my lord and i filled my trunk before it's too late, 
I leave the stars to judge, while we moved, 
I'm not going to think of you or I'll get the blues. 

Theres no sleep on the journey, away from town, 
A bag of songs and a heavy heart, won't make me doubt, 
I give it all my strength and my mind, 
I'll make this decision, win all the fights, 

I'll move to Rockferry, to my road, 
And I'll build my house baby, with sorrow, 
I'll leave my shaddow, To fall behind, 
And i won't write to you, coz i'm not that kind. 

Not that kind 
Rockferry 

Not that kind 
Rockferry 

Not that kind 
Rockferry




SJ Kitten

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