Hace tres años, ser feliz era más fácil...
Sólo tenía que jugar con ella, y era el chico más feliz del mundo.
Ahora, no puedo jugar, jugar tiene un significado distinto, siento que mis sentimientos han madurado...
Intento desenamorarme, sé que sufrir ahora mismo es como un pasatiempo.
Pero cada vez que lo intento, deseo quererla más, no apartarme de ella un sólo momento...
Amarla, besarla, tocarla, mirarla, escucharla, abrazarla...
Pero no. La tristeza corroe mi corazón, poco a poco, hasta que ya se convierta en polvo, deje de bombear sangre y yo caiga en un golpe sordo.
Y, aunque aparentemente no lo parezca, prefiero seguir enamorado. Prefiero seguir sufriendo, pero, al menos, sé que puedo pensar en ella, pensar en su dulce cara, en su cuerpo y en su mente. Prefiero poder pensar en ella a cambio del sufrimiento.
SJ Kitten.
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