miércoles, 29 de diciembre de 2010

Reflexiones.


En los tres meses que este blog lleva abierto, me he dado cuenta de una cosa: ninguna de mis entradas es feliz. Y si, se trata de una historia, todas acaban mal. Se dice que uno escribe lo que siente... Entonces, ¿jamás escribiré algo feliz? Sigo en mi ardua búsqueda de la felicidad. Sigo mirando en los pajares, buscando mi propia aguja. Entre los libros empolvados de alguna biblioteca abandonada. En la oscuridad. En la luz.

Busco en todas partes y no hallo nada. Nada. ¿Y qué es la nada, si se puede saber? Todo es relativo. Y, ¿todo?

La felicidad es difícil de encontrar, muy pocos la obtienen. En ese caso, ¿para qué existimos si no nos consideramos felices? ¿Estoy aquí para rellenar un hueco?

Quisiera tapar la oquedad para desaparecer. Quisiera... tantas cosas. Y si obtuviese una de ellas... la felicidad ya sería mía. Lo demás no importaría.

Pero no alcanzaré ese objetivo. Así que debería trabajar en obstruir la abertura.

SJ Kitten.

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